¿Qué opinan las universidades de Latinoamérica sobre los sistemas de supervisión de exámenes en línea (online-proctoring)?

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La migración de programas presenciales a formatos virtuales ha presentado desafíos en términos de integridad académica, en específico ha sido necesario cambiar los métodos de evaluación y explorar tecnologías adecuadas para dicho propósito. 

Directores de programas educativos en universidades de Latinoamérica reflexionan sobre los grandes retos superados en el último año, y comparten sus estrategias para garantizar la integridad académica.

¿Cuáles fueron los principales desafíos que la pandemia presentó a su institución, en materia de integridad académica?

Hortensia Jiménez Díaz, Profesora Asociada de la Prepa TEC en Puebla del Tecnológico de Monterrey señala que uno de los mayores desafíos es tener la seguridad de que los estudiantes realicen sus exámenes de manera íntegra.

El tema de autenticidad es sin duda alguna uno de los grandes retos, coincide Edna Manotas Salcedo, Coordinadora de la Unidad de Diseño de Materiales Digitales en el Centro para la Excelencia Docente (CEDU), de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia:

“Con las clases en línea la preocupación aumenta en cuanto que no se tiene veracidad de las identidades a la hora de presentar una evaluación. El docente tiene la duda de si efectivamente, es el estudiante quién está realizando las pruebas.”

Jorge Maldonado Mahauad, Director del Edu-Tec Lab UC de la Universidad de Cuenca y Profesor agregado de la Facultad de Ingeniería, refuerza las opiniones señalando la dificultad que presenta el comprobar la identidad de los estudiantes en ambientes virtuales:

“La comprobación de la autoría de los trabajos y las evaluaciones de los estudiantes – es un desafío – y es necesario establecer escenarios de evaluación auténticos que vayan más allá de cuestionarios en línea.”

Miguel Morales, Director del Área de Educación Digital de la Universidad Galileo en Guatemala, coincide con el desafío de cuidar la integridad académica, afirma que es necesario “identificar políticas, procedimientos y herramientas que regulen la deshonestidad académica”. Señala que revisar la forma en que se evalúa el aprendizaje de los estudiantes, así como las herramientas y recursos utilizados para los procesos, es necesario ante esta “nueva normalidad”.

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Una vez detectados dichos desafíos, ¿Cuáles son las accesiones tomadas para contrarrestarlos?

Jiménez Díaz indica que una de las estrategias para contrarrestar dichos desafíos ha sido integrar sistemas que permitan bloquear las pantallas de la computadora y acceder a la cámara web para monitorear a los estudiantes. 

Manotas Salcedo comparte que se trabajaron varias frentes: La adquisición de recursos tecnológicos para el desarrollo de exámenes, capacitación a los docentes sobre el diseño de estrategias centradas en evaluación auténtica (proyectos, resolución de problemas, casos), que permitan al estudiante desarrollar otras competencias.

Morales indica que se han fortalecido diferentes aspectos:

  • Prevención: Promoción y difusión sobre la importancia de la integridad académica para el perfil profesional.
  • Estrategias antiplagio: Integración de herramientas a la plataforma de cursos virtuales para el análisis de coincidencia.
  • Navegación segura: Uso de herramientas para la creación de escenarios seguros.
  • Proctoring: Supervisión de exámenes en línea.

Adicionalmente, han realizado talleres y capacitaciones a docentes para el aprendizaje de nuevos recursos y metodologías para la mejora continua de los procesos de evaluación.

Maldonado Mahauad señala que parte de los esfuerzos es el desarrollo de vídeos cortos sobre integridad académica y la implementación de mejoras en su LMS para incorporar sistemas de supervisión de exámenes en línea, todo ello apoyado también de capacitación docente para su correcto desarrollo.

¿Qué recomendaciones podría brindar para garantizar la integridad académica en la educación virtual?

Jiménez Díaz recomienda realizar exámenes que orienten al estudiantes a realizar análisis, así como el uso de herramientas de supervisión de exámenes en línea. 

“Claro que exige bastante trabajo de nuestra parte como profesores, primero en el rediseño de los exámenes y después en el tiempo requerido para revisarlos, pero incluso puede darnos más información sobre qué tanto el alumno realmente aprendió.”

Es ideal que los docentes realicen evaluaciones auténticas haciendo énfasis en el desarrollo de competencias, afirma Manotas Salcedo. Es importante recordar que se están formando a futuros profesionales y las estrategias deben ser a largo plazo:

“Me parece importante trabajar con los estudiantes campañas centradas en la ética personal con sus familias y entorno. Son los profesionales del mañana y esperamos que cuando salgan al mundo laboral lleven prácticas de integridad a donde vayan”.

Las evaluaciones auténticas son definitivamente una de las formas de asegurar la integridad académica, concuerda Maldonado Mahauad. Además, recomienda que las instituciones construyan una cultura institucional basada en la ética y se centren en procesos de evaluación formativa y trabajos transversales a lo largo del semestre.

Por último, Morales refuerza la idea de promover la importancia de la integridad académica en los estudiantes,  y prevenir actos de deshonestidad con herramientas o tecnologías que generen escenarios controlados y definidos, acordes al proceso de evaluación virtual.

La adaptación a experiencias de aprendizaje virtuales se realizó de manera repentina y las acciones para consolidar este nuevo formato continúan, especialmente porque la incertidumbre derivada por la pandemia permanece.

La integridad académica debe continuar como un pilar en las instituciones educativas, y es responsabilidad de todos los involucrados aportar para que esto se cumpla.